Hay peligro de derrumbe del pozo ciego así que se dispuso la rotación de los cursos. El edificio lo comparten con la Primaria 46.
Hace poco más de 15 días la Escuela Secundaria 50 de La Gloria de la Peregrina era noticia mundial al conocerse la historia de la profesora de Geografía que había aprobado a una alumna que “no sabía nada”.
Esta semana el establecimiento vuelve a estar en los medios por algo no tan grato.
Las autoridades debieron establecer un sistema rotativo de clases debido al peligro de derrumbe del pozo ciego.
La medida se tomó esta semana, después que desde el Enosur los alertaran sobre el peligro de derrumbe y ante la falta de respuestas por parte de las autoridades educativas.
Según pudo saber LA CAPITAL, el reclamo por el pozo ciego es de larga data. En este marco, y con el fin de evitar alguna desgracia, se resolvió que los chicos concurran en dos turnos a lo largo de la mañana. De esta manera evitan el conglomerado, más teniendo en cuenta que se desconoce el alcance del derrumbe del pozo.
Ubicada en la calle Rio Calchaquí 1312 de La Gloria de la Peregrina -Ruta 226 km 205-, la Escuela Secundaria 50 a la que concurre la joven estudiante que deslumbró a todos con su relato sobre la vida de la comunidad boliviana en la zona y fue aprobada por su profesora, no escapa a la dura realidad de los colegios provinciales.
La Secundaria comparte el edificio con la Primaria 46 y al lado está el Jardín 91, así que el problema edilicio afecta a la totalidad de los establecimientos. Y por eso desde el comienzo del ciclo lectivo se vieron obligados a desdoblar los turnos, tienen 6 cursos a la mañana, y 3 por la tarde. Ante este nuevo problema con el pozo ciego, ahora directamente hacen rotaciones de dos horas por grupos.
Vale recordar que la Escuela estuvo en boca de todos después de que la profesora de Geografía, Lucia Gorricho, relatara en su blog personal los artilugios que utilizó para que “la nena que no sabía nada”, pudiera aprobar la materia y pasar de año, respondiendo a los contenidos de la materia.
Aulas, biblioteca, salón de usos múltiples, entre otras cosas, son necesarias para que el establecimiento funcione. En este marco, desde la comunidad educativa trabajan en retomar el pedido de construcción de un edificio propio. Ya cuentan con un terreno, sólo falta la decisión política de destinar los fondos para llevarlo adelante.